martes, 15 de octubre de 2013

Conociendo a María Josefa VII: El anuncio de la fundación

Estaba raro el padre Benito Menni aquella mañana, cuando después de confesarla, llamó a María Angustías a la sacristía del convento de Santa Clara.
- Bueno, María Angustías: a mí me gustaría saber una cosa: si Nuestro Señor nos proporciona a más jóvenes, ¿te sentirías con ánimo para que se unieran a María Joasefa y a ti, y así, todas unidas, os estimulárais a la práctica de la virtud…?

Se lo dijo así de repente; o eso le pareció a ella, porque, acostumbradas como estaban ya a largas y más largas, lo que menos se esperaba ella aquella mañana, era semejante propuesta. Le dijo más:
- Yo creo que unas doce serían suficientes para lo que tenéis que trabajar…
"Lo que tenéis que trabajar” era una paliza diaria. Eran casi cien los enfermos mentales cuyas ropas había que preparar cada día. Era lo que Mª. Josefa y ella llamaban “La vida activa”. Le dijo más el padre Menni aquella feliz mañana a María Angustías… Se ve que estaba en plan de confidencias:
- Verás es que estoy pensando en traer a algunas mujeres enfermas para que os podáis dedicar a atenderlas. Díme de veras, ¿te sientes con valor para una vida así?
Llena de gozo irreprimible, contestó:
-Padre, a mí me da pena que me tome parecer de nada. Ya sabe hace tiempo que me he abandonado en sus manos, y sólo deseo que haga de mí lo que le parezca. Estoy dispuesta, con la gracia del Señor. Y no necesito oír lo que dice Pepa: sin haberla oído, ya sé que dará la misma contestación.
-Otra cosa quiero decirte (añadió el padre Menni): ¿te parece que ponga de Superiora a María Josea? Porque ella es mayor y de más disposición que tú… ¿Qué me dices? Háblame con toda sinceridad…
-Mire Padre (contestó ella), hace años que la respeto como superior a mí, y, además, yo me veo incapaz para algo que es superior a mis fuerzas.
Naturalmente, entró Josefa después en la sacristía a requerimiento del padre Menni, y seguro que escuchó de él lo mismo que había escuchado Mª Angustías. No es difícil adivinar que aquel fue uno de los días más felices de la vida de Mª Josefa. Hoy que la Iglesia ha canonizado ya a Benito Menni, porprenden la clarividencia de aquellas dos granadinas que supieron ver en él, “una vida admirable, a semejanza de la que Jesucristo tuvo en la tierra”, como Mª Angustías escribiría unos años después de quel aquel feliz día en que las dos fueron llamadas, por fin, a ser las primeras hijas de tal Padre y la fundadora y co-fundadora de la santa familia de Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús. 

Extractado de la obra “Luz en las sombras” de Miguel Angel Velasco

No hay comentarios:

Publicar un comentario